«Los débiles nunca pueden perdonar. El perdón es el atributo de los fuertes». – Mahatma Gandhi
«Ser cristiano significa perdonar lo imperdonable, porque Dios ha olvidado lo imperdonable en ti». – C.S. Lewis
¿Qué es exactamente el perdón? El perdón es la evolución de un estado emocional y de una actitud hacia una persona que nos ofende. Es intencional, voluntario y diferente de la reconciliación, ya que ésta implica la reparación de la relación. Por otra parte, el perdón no siempre incluye reparación o incluso continuidad de la relación. Es bueno para la salud mental ya que permite que el enojo desaparezca, y promueve la felicidad.
Dios nos enseña que debemos conceder y pedir perdón. Dios perdona nuestras ofensas, y Cristo nos enseñó a perdonar a quienes nos ofenden (Mateo 6: 14, 15). El perdón es bueno para nosotros, y es algo que debemos practicar como cristianos.
Sin embargo, el litigio es incompatible con la mayor parte de los modelos o de las ideas de perdón. El litigio es el proceso de emprender una acción judicial. Los siguientes son algunos aspectos del litigio para que los cristianos tengan en cuenta
El litigio es necesario
Muchas personas no están de acuerdo con la idea de que la acción legal forma parte necesaria de la vida. De hecho, la mayoría probablemente diría que debe evitarse. Sin embargo, la acción legal o litigio es el modo por medio del cual las personas resuelven disputas. El litigio define colectivamente los límites de comportamiento en sociedad. Asimismo, contempla un mecanismo de financiación por medio del cual una persona que sufrió pérdidas financieras puede obtener compensación de la parte a quien la ley considera culpable. A pesar de sus abusos, la acción judicial y el litigio cumplen un objetivo civilizado, en el sentido de que muchos otros métodos de resolución de conflictos son más destructivos.El litigio no implica perdón
El propósito del litigio no es facilitar el perdón. Si bien su objetivo puede ser llegar a la verdad a través de la defensa legal, muchos abogados y sus clientes pierden de vista la realidad o verdad en busca de una presentación inteligente de los hechos, y en muchos casos, la verdad queda oculta. Se exageran los hechos útiles y se ocultan los aspectos perjudiciales para obtener ventaja.La culpabilidad, que también es incompatible con el perdón, es necesaria en un litigio exitoso. Durante un litigio se hacen acusaciones y se atribuye culpabilidad a otras personas para obtener o evitar un pago. Los tribunales y la sociedad participan de un juego de gimnasia mental para culpabilizar a la parte que está en condiciones de pagar. El juego de la culpabilidad, un elemento fundamental en un litigio exitoso, destruye por completo la idea de responsabilidad personal. Subordina la necesidad humana de buscar arrepentimiento y conceder perdón. El perdón, en medio del tumulto para adjudicar o ser objeto de culpabilidad, pasa a ser algo imposible.
La culpa
también desempeña una función muy importante en el litigio. Las personas entablan acciones judiciales por dinero, pero también pueden existir razones emocionales, entre ellas, librarse de culpa. Muchos padres presentan reclamos por lesiones infligidas a sus hijos. Los padres entablan estos reclamos a pesar de su propia participación en la supervisión o falta de supervisión de sus hijos, y en algunos casos, en realidad lastiman a sus hijos. A veces los impulsa la codicia, pero se han visto muchos casos donde la culpa desempeña una función importante. Muchas veces un padre que se siente herido por haberle fallado a su hijo busca refugio culpando a otros.El litigio es un proceso en el que es válido echarle la culpa a otra persona, posiblemente para mitigar la culpa. Si el juez dictamina que el error es de la iglesia, no puede ser error de los padres. El problema de este tipo de razonamiento es que, independientemente de lo que el sistema judicial decida, la herida no desaparece. Además, el comportamiento y la motivación de los padres pueden quedar expuestos en el procedimiento judicial. Todo esto no facilita el perdón; por el contrario, causa amargura y resentimiento.
El arrepentimiento y el perdón verdaderos deben incluir una evaluación realista de la culpabilidad; para ello, cada persona o parte debe hacerse cargo de su respectivo grado de error. Eso rara vez significa que alguien carga con la totalidad de la culpa o es totalmente inocente. El litigio crea un relato en el que la culpabilidad corresponde totalmente a otra persona. Su objetivo es culpabilizar a otros, ya sea para obtener o evitar un pago. El litigio se concentra en quién debe pagar, mientras que el perdón y el arrepentimiento se enfocan en la sanación y en una posible reconciliación.
Manejo del litigio para líderes de la iglesia
Absténgase de tomar partido
En algún momento de su ministerio, es posible que deba estar involucrado en un litigio. En algunos casos deberá participar en un caso doméstico en el que una o ambas partes piden el testimonio de un maestro, director o pastor en un caso de divorcio o custodia. En otros casos, deberá exponerse a este mundo cuando algunos miembros entablan juicio a otros por un contrato, una lesión o por un abuso.Es difícil ofrecer guía espiritual a personas involucradas en una demanda. Muchas veces, todos los participantes en una demanda son miembros de la misma familia de la iglesia. La idea general es que el pastor debe continuar siéndolo para todas las personas involucradas. Es algo difícil, ya que el litigio se presta a la noción de que se debe tomar partido. La amabilidad del pastor hacia una de las partes puede crear resentimiento en la parte opuesta o en alguien que apoya a la otra parte. Esté preparado para explicar que ofrecer dirección espiritual no significa tomar partido.
Siga tendiendo su mano a todas las personas y ofrézcales dirección espiritual, pero esté atento a evitar toda mención de la demanda. Puede ser muy difícil, ya que las partes que están en litigio están muy enfocadas en la demanda. En consecuencia, al hablar con una persona en una demanda, es muy probable que la conversación derive a ese tema. Los líderes de la iglesia deben evitar cualquier intento de ser llevados a hablar sobre el litigio.
Pida Ayuda
Los líderes de la iglesia deben pedir orientación al liderazgo de la conferencia cuando deban enfrentarse a estos desafíos. Aunque es más fácil de decir que de hacer, es absolutamente necesario. Pida ayuda cuando la necesite. El abogado de la conferencia o de la conferencia local o el equipo legal de Adventist Risk Management, Inc. puede brindarle orientación.No todos los pastores o líderes laicos se enfrentarán al desafío de una demanda que afecta directamente a la congregación. A medida que aumenta la frecuencia de demandas, también crece la posibilidad de tener que enfrentar este problema particular. Sin un liderazgo sólido y enfocado en Cristo, este tipo de circunstancias podría separar a su congregación. Sin embargo, Dios puede incluso usar una demanda como un instrumento para Su gloria.
Si desea más información, puede leer «When You’ve Been Wronged: Moving From Bitterness to Forgiveness», por Erwin W. Lutzer y «The Forgiveness Project», por Michael Barry.
En la Segundo Parte: No Hay Lugar Para el Perdón: Regreso a la Comunión Después de Un Litigio analizaremos cómo restituir a un infractor a la comunión después de un litigio cuando la confianza resultó vulnerada.